0. A modo de introducción.


*Invitación a la conferencia realizada el 25 de septiembre de 2007 en el Colegio de Arquitectos de Córdoba y cuyo tema fue "Versiones y perversiones en los flujos del arte contemporáneo balear".


Es evidente que las relaciones entre los diferentes actores del mundo del arte se extienden como una red infinita donde cada uno de sus diferentes nudos conecta, directa o indirectamente, con todos los otros. Son estos canales de unión, precisamente, los encargados de transportar los flujos y reflujos, positivos o perversos, que se generan entre los diversos sujetos que intervienen en este complejo ecosistema: unas corrientes de transmisión que, en el seno de este ámbito artístico, no sólo trasladan lo que le es propio sino también lo que, en principio, debería serle completa y profundamente impropio.

La creación plástica, la buena y la mala -si es que finalmente hay raseros actuales y de carácter objetivo para decidirlo- debe estar influida, toda ella, por los infinitos condicionantes que concurren en el ser del artista. No hay creación aislada e insensible que esté completamente desvinculada de toda influencia social, cultural o artística; y es que desde nuestro nacimiento, incluso antes, se absorben cientos de estímulos que el creador irá asimilando en su trayectoria vital y exteriorizando, reprimiendo, transformando, profundizando o ampliando, en virtud de su particular temperamento.

Pero algunos de estos factores que condicionan la creación del artista, en más ocasiones de las deseables, son cuestiones que quizá deberían permanecer al margen, sino ya del arte en general, sí del proceso creativo en particular. Las relaciones que se establecen entre el artista, el galerista, el crítico, el comisario de exposiciones, el promotor, el público, el político y la prensa -entre algunos otros ejemplares de esta peculiar fauna plástica- pueden estar viciadas por elementos extraartísticos de tanta potencia que consiguen pervertir o forzar la libre creación, compra, selección, evaluación o disfrute de las manifestaciones a las que afectan.

El mercado, la amistad, el compadreo, lo mediático, el dinero, las falsas apariencias, las modas, el aprovechamiento político de la promoción cultural y demás factores que orbitan alrededor del arte, ponderan y pervierten todas estas conexiones, modificando el marco sobre el que todos estos sujetos se mueven, generando auténticos vicios malformadores de estas relaciones y sembrando la duda: ¿son realmente agentes extraños, patológicos y turbadores o, como ocurre en casi todas las manifestaciones humanas, lo que hay alrededor, sea lo que sea, simplemente termina de conformar el escenario sobre el que el arte se desarrolla?

Figuras como el artista que encuentra una fórmula de éxito y la repite hasta la náusea, sin dotarla de nuevos contenidos, sin asumir riesgos y con la única pretensión de no perder lo obtenido, la nueva y desproporcionada importancia de la figura del comisario que, en muchas ocasiones, se vale de las creaciones de otros para emprender su propio discurso creativo, el crítico compadre o interesado, las concesiones del artista al arte comercial o a las servidumbres tecnológicas, el tópico –a veces consumado- del galerista sin escrúpulos manipulador del mercado, del artista y de su producción, las tendencias promocionadas por los medios de masas, las modas impuestas, los intereses económicos, o el uso y abuso político de las propuestas artísticas, son algunos de estos elementos perturbadores de la creación que, en este proyecto, tratamos de desarrollar.

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